
Restauración del patrimonio histórico
Yacimientos arqueológicos
![]() Rauda desde Cauchiles |
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![]() Mausoleo |
![]() Rauda |
![]() Tumbas durante la intervención |
![]() Tumbas restauradas |
![]() Acceso desde Calle Real Baja |
Pedro Salmerón Escobar
Arquitecto
La Rauda
(Alhambra, Granada)
Desde la Plaza de los Aljibes, enclave principal de entrada a la Alhambra a partir de las Puertas de las Armas y de la Justicia, surgen dos vías de comunicación fundamentales para comprender la ciudad palatina: la calle Real Alta, que daba acceso a la populosa medina con viviendas, comercio e industrias; y la calle Real Baja, que permitía la conexión con los Palacios Nazaríes. Esta última, en su carácter de contorno deja en uno de sus laterales un vacío relativo, casi suburbano donde, no por casualidad, se ubica el cementerio real; el otro, ciñe a los Palacios, cuya presencia se muestra con un lenguaje abstracto a base de muros casi ciegos, volúmenes y planos de cubierta.
Algunos autores asimilan el término rawda a jardín funerario. En este caso, se trata de un cementerio en parte descubierto y atemperado como jardín; y, en parte, cubierto con una construcción significativa que mantiene similitudes con el mausoleo de los Príncipes Saadíes de Marrakesch del siglo XVI. Siguiendo la organización de este último, es muy probable que el espacio central de La Rauda se cubriera con una armadura de lazo en madera o con una cúpula de mocárabes sujeta por cuatro pilares en esquina; los ámbitos perimetrales quedarían cerrados por alfarjes o por pequeñas bóvedas de madera.
La arquitectura del mausoleo se emparentaría con el modelo de qubba, donde el protagonismo del ambiente se cedería a este cuerpo cubierto. El modelo de un vacío central enmarcado por un ámbito de circulación, que en este caso sería una parte más del enterramiento, se relaciona con otros ejemplos de la arquitectura antigua, pero también con experiencias cercanas en la propia Alhambra.
Un aspecto importante a considerar es la construcción del mausoleo de la Rauda sobre los restos de un enterramiento anterior. Este uso temprano como cementerio pudo acrecentar el papel singular del lugar en su aislamiento del resto del conjunto. La importante actividad constructora que se desarrolla bajo el reinado de Muhammad V (siglo XIV), vino entonces a afirmar este papel funerario al incluir la edificación del mausoleo dentro de su programa arquitectónico.
Mariano Contreras, arquitecto conservador de la Alhambra, acomete alrededor de 1892 el derribo de la vivienda que se había construido en la Rauda. Como resultado, aparecen restos del antiguo enterramiento entre los cuales se citan cuatro fosas sepulcrales, fragmentos de escayolas, azulejos y parte de una celosía que en la actualidad se conserva en el Museo de la Alhambra.
Contreras rehace el muro que cierra el cementerio al Suroeste, protege los restos del zócalo de azulejos que existían en la cara interior de dicho muro hacia el espacio central del mausoleo, así como aquellos que se encontraban aún prendidos en los pilares centrales. Leopoldo Torres Balbás toma el relevo años después, entre 1925 y 1926, abordando un importante proyecto que pasa por excavar en superficie toda la Rauda, consolidar parte de sus restos y revisar la restauración de su antecesor.
En el reconocimiento previo que realiza Torres Balbás se apunta la presencia de una construcción rectangular orientada en su eje mayor de Noroeste a Sureste, con muros perimetrales de ladrillo de los que se conservan sus zonas inferiores y, en algún caso, restos del soporte utilizado para un revestimiento de azulejos. En el centro del rectángulo aparecen cuatro machones de ladrillo, también reducidos a sus partes bajas, que para el arquitecto posiblemente sustentarían una linterna con mocárabes, similar a las existentes en los Palacios Nazaríes. Todas las tumbas excavadas, de diferente factura (más ricas en el espacio central [lugar ocupado por el mausoleo]), siguen la orientación perpendicular al eje mayor de la Rauda, es decir Noreste-Suroeste, de manera que los cadáveres puestos de lado sobre el costado derecho mirasen al Sureste. En esta exploración se cuentran piezas de escayola, cerámica, alicatados de zócalos y pavimentos. Se realizan planos y fotografías y se vuelven a rellenar todas las zonas excavadas.
La intervención desarrollada en la Rauda durante los años 1999 y 2000 se propone la clarificación de las relaciones urbanas del mausoleo y cementerio de los Reyes Nazaríes con los Palacios de la Alhambra y con la zona donde se ubicó la mezquita (hoy ocupada por la Iglesia de Santa María de la Alhambra), que sufrió grandes transformaciones en el siglo XVI. Los sectores sobre los que se trabaja son los siguientes:
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El primero, más bajo y en forma de “L”, está conformado por los espacios urbanos de circulación que bordean la Rauda en los frentes Norte y Noroeste.
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El segundo, al que se penetra a través de una portada abierta hacia la calle Real Baja, tiene forma trapezoidal
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El tercero, más extenso, compuesto por los espacios más importantes de la Rauda.
Partiendo de las aportaciones de los estudios analíticos realizados en 1999, los nuevos tratamientos de las fábricas evitan crear problemas similares a los planteados por los elementos constructivos presentes en la Rauda desde su erección o como resultado de las intervenciones que sufre a lo largo del tiempo. La restauración consolida las estructuras existentes utilizando fundamentalmente ladrillo cerámico, piedra, morteros de cal, y un pavimento de tierra que recuerda su consideración actual como jardín funerario.Por lo que respecta a la organización del espacio, la calle Real Baja recupera su nivel primitivo y se abre al público para que puedan reconocerse los vínculos espaciales de la Rauda con otros elementos significativos de su entorno.
![]() Situación |
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![]() Planta estado previo |
![]() Localización de espacios |
![]() Planta de estado reformado |
RESUMEN DE LA INTERVENCIÓN
Restauración de la Rauda (Alhambra, Granada [1999-2000])
Superficie objeto de intervención
500 m²
Presupuesto
147.476,35 €
Promotor
Patronato de la Alhambra y el Generalife
Redacción de proyecto
Pedro Salmerón Escobar. Arquitecto
Virginia Bueno Bueno. Arquitecta
María Cullell Muro. Arquitecta Técnica
Arqueología
José Javier Álvarez. Arqueólogo
Eva Sánchez. Arqueóloga
Documentación
Esther Cruces Blanco. Archivera
María Luisa Palomo Navarro. Licenciada en Geografía e Historia
Restauración
Beatriz Martín Peinado. Restauradora
Laboratorio para la analítica de los materiales
Dpto. Mineralogía y Petrología. Facultad de Ciencias (UGR)
Eduardo Sebastián Pardo. Doctor en geología
Dirección de obra
Pedro Salmerón Escobar. Arquitecto
María Cullell Muro. Arquitecta Técnica
Supervisión de obra
Jorge Calancha de Passos. Arquitecto Técnico del Patronato de la Alhambra y el Generalife
Ejecución de obra
Bados y Navarro, S.L.